jueves, 17 de mayo de 2012

Una historia de amor réquete réquete vieja (Adriana Gallo)

Mariana estaba sentada a punto de tomar la leche cuando escuchó ruiditos... Era la abuela cuentacuentos, que estaba tomando unos mates calentitos en la cocina.
-Dale abue, dame uno.
A Mariana le encantaba matear con su abuela, porque mientras tanto, ella le contaba hermosos cuentos.
-¿Qué me vas a contar hoy, abue?
La abuela sonrió con una sonrisa de sandía, sentó a upa a Mariana y con paciencia de cuentacuentos... ¡perdón! de cuentahistorias, contó:
-¿Sabés Mariana? Te voy a contar la historia de algo que tengo muy bien guardadito, algo que para mí es casi un tesoro, como ese chupete que ya no usás, pero que querés tanto...
-¿Qué es abue? ¿Me lo mostrás?
-Es un recuerdo, cuando era chiquita como vos, mi abuela me lo regaló. ¿Sabés quién se lo regaló a ella? ¡Su abuela!
-Pero entonces... -dijo Mariana con ojos grandotes como uvas por el asombro- ¡es réquete viejo!
-Sí, es réquete viejo... Vamos a hacer una cosa: yo te lo traigo en una cajita y vos vas a tratar de adivinar qué es.
-No, no vale, decime vos.
-Solamente te voy a dar algunas pistas.
Y la abuela, casi en puntas de pie porque era petisa y no alcanzaba la parte alta del armario, bajó su tesoro y dijo con una voz muy misteriosa:
Lo usaban las damas
si tenían calor,
daba aire muy fresquito
y se hacía chiquitito.
-¡Ya sé abue! ¡Un ventilador!
-¡Pero no, Mariana! En esa época no había ventiladores, ni tele, ni video, ni radio - contestó la abuela riéndose mucho.
-¡Qué aburrido, abue!
-No te creas, como la gente no conocía todas esas cosas, se divertía de otras maneras...
-Pero entonces, qué es, contame -pidió Mariana.
-Acá va la segunda ayudita:
Señoritas y señoras lo usaban en las reuniones
en sus manos lo agitaban
y con él se apantallaban.
-¡Sí! ¡Ya adiviné! Es un a... a... ¿Cómo se llama, abue?
-Abanico.
-¡Eso! ¡Abanico! ¡Como el de mamá!
-¡Claro que sí! Sucede que algunas cosas que existían hace mucho tiempo se siguen usando hoy todavía. Otras, ya no están más.
-A ver... mostrame... ¿Quién dijiste que te lo había regalado?
-Me lo regaló mi abuela, y a su vez a ella se lo había regalado su abuela, que se llamaba Victoria. ¿Y sabés quién se lo regaló a Victoria?
-¡Contame vos!
-Es una historia de amor. A Victoria se lo había regalado Francisco. Él estaba tan enamorado de ella que cada vez que la veía el corazón le pegaba grandes saltos y vueltas carnero. ¡Se ponía tartamudo y se quedaba casi sin respirar! Él se quería casar con ella, pero tenía mucha vergüenza de decírselo.
-¿Y qué pasó entonces?- preguntó muy curiosa Mariana.
Y la abuela contó.
Victoria y Francisco vivieron hace mucho, mucho tiempo, aquí en esta ciudad, cuando Buenos Aires era la capital del Virreinato del Río de la Plata. En esa época las calles eran todas de barro y era muy difícil llegar rápido, porque tampoco existían los colectivos, ni los trenes, ni los autos; mucho menos los aviones. Ellos generalmente andaban en carretas o galeras tiradas por caballos, con ruedas muy grandes y redondas.
Francisco veía a Victoria pasear por la ciudad, con sus vestidos largos, su alegre sonrisa y su peinetón, siempre acompañada por la negrita Manuela. La negrita Manuela cebaba unos mates ¡riquísimos!
Las familias de Francisco y Victoria eran amigas, y se visitaban desde que ellos eran chiquitos. Cuando Francisco empezaba a hacerse hombre y ella señorita, él se animó a declararle su amor y lo hizo regalándole este abanico. Entonces le dijo: "No lo pierdas nunca".
Los papás de ellos se pusieron muy contentos y decidieron organizar una gran fiesta. Compraron muchas velas para iluminar bien el salón. La negrita Manuela limpió tanto la casa, que todo parecía brillar. También cocinó muy ricos pastelitos y empanadas.
Al fin llegó la esperada noche del casamiento. Como era una calurosa noche de verano, Victoria usó el abanico que le había regalado Francisco, que le sirvió para aliviar en parte tanto calor. Esa noche ella le prometió que lo guardaría con mucho amor para la hija que tuviesen y para la nieta que llegaría más tarde.

domingo, 29 de abril de 2012

CHISTECITOS EN EL DÍA DEL ANIMAL

- ¿QUÉ LE DICE UN PATO A OTRO PATO?
¡ESTAMOS EMPATADOS!

¿POR QUÉ LOS ELEFANTES NO ANDAN EN BICI?
PORQUE NO TIENEN EL DEDO MEÑIQUE PARA TOCAR EL TIMBRE.
 ¿CÓMO PODÉS SABER SI HAY UN ELEFANTE DEBAJO DE TU CAMA?
PORQUE VOS ESTARÍAS TOCANDO EL TECHO CON TU NARIZ. 

DOS OVEJAS ESTÁN JUGANDO AL FÚTBOL.
UNA LANZA LA PELOTA MUY MUY LEJOS Y LE DICE A SU COMPAÑERA:
-"VEEEEEE..."
Y LA OTRA LE CONTESTA:
-"VEEEEE TÚUUUUUUU!!! 

¿QUÉ LE DICE UN GUSANO A OTRO GUSANO?
-ME VOY A DAR UNA VUELTA A LA MANZANA.
- UNA SEÑORA ESTÁ EN LA PUERTA DE SU CASA CON SU GATO.
PASA UN SEÑOR Y LE PREGUNTA:  -¿ARAÑA?
Y LA SEÑORA LE CONTESTA:  -¡NOOO, GATO!
- ¿CUÁL ES EL PEZ QUE HUELE MUCHO Y FEO?
EL PEZTOSO!!!
UN PEZ LE DICE AL OTRO:
-¿QUÉ HACE TU PAPÁ?
Y EL OTRO LE CONTESTA: -NADA.
Y EL TUYO?
-NADA TAMBIÉN.

jueves, 10 de noviembre de 2011

ADIVINANZAS TRADICIONALES

Se pueden rellenar con carne,
también con jamón y queso.
La masa tiene repulgue,
¿será que me gustan por eso?

Animal de cuatro patas
que relincha y anda al trote.
Es el padre del potrillo
y al hombre lleva al galope.


Se cocina a la parrilla
con fueguito y muchas brasas.
¿Cómo se llama la carne
hecha en el fogón de la casa?


¿Quién se pudo haber vestido
con sombrero y alpargatas
y montado en su caballo
anda con poncho y bombachas?

viernes, 28 de octubre de 2011

EL MATE



Oiga linda mocita, mate con canela le doy, significa me interesa y le doy mi corazón .


- Escuche muy bien señor, le doy un mate tapado, si usted quiere un corazón vaya a tomar a otro lado


-No me importa el mate tapado, yo me tomo uno caliente,

ya que espero tu respuesta y me digas que me quieres

- Este mate con azúcar quemada significa que estoy pensando,

volvé prontito y quizá yo me este enamorando

- Cambie de idea, te digo toma este mate espumoso,

con el tiempo me di cuenta que sos un gaucho amoroso

- Ahora te convido yo este mate con café, de tan contento que estoy al saber que me querés .

-Un rico mate con miel juntitos estamos tomando Nos vamos pa'la iglesia el cura nos esta esperando .