viernes, 28 de octubre de 2011

EL MATE



Oiga linda mocita, mate con canela le doy, significa me interesa y le doy mi corazón .


- Escuche muy bien señor, le doy un mate tapado, si usted quiere un corazón vaya a tomar a otro lado


-No me importa el mate tapado, yo me tomo uno caliente,

ya que espero tu respuesta y me digas que me quieres

- Este mate con azúcar quemada significa que estoy pensando,

volvé prontito y quizá yo me este enamorando

- Cambie de idea, te digo toma este mate espumoso,

con el tiempo me di cuenta que sos un gaucho amoroso

- Ahora te convido yo este mate con café, de tan contento que estoy al saber que me querés .

-Un rico mate con miel juntitos estamos tomando Nos vamos pa'la iglesia el cura nos esta esperando .

domingo, 2 de octubre de 2011

AUNQUE ROTAS Y PARTIDAS, SON MÁS RICAS COMPARTIDAS (Pablo Muttini)

A Juan le gusta mucho ir a la escuela. Juega con sus amigos y se ríen de sus bromas. Cantan todos como pajaritos, saltan como canguros y corren como indios. Pero a la hora de prestar atención, escuchan a la maestra con orejas de elefante. Así pasan los días con una sonrisa en la cara. Felices de ser felices.
Pero un día, entre saltos y corridas, cantos y risas, a Juan se le cayó la mochila. Mamá le había puesto adentro alguna ropa por si hacía frío y, como todos los días, su paquete de galletas. Cuando Juan se dio cuenta de que la mochila se había caído, ya era tarde.
Los indios que lo perseguían la patearon y pisaron sin querer. La dejaron aplastada y arrugada como una hoja seca...
Por un rato, Juan ni se preocupó por su mochila, hasta que tuvo hambre y se acordó de sus galletas. Fue entonces cuando se armó el barullo. Al abrir la mochila y sacar las galletas, se dio cuenta de que estaban todas rotas en trocitos. Juan se sentó en un rincón y lloró como loco. La maestra intentó consolarlo, pero no hubo caso. Sus galletas estaban rotas.
La maestra para tranquilizarlo, puso los trocitos de galleta en un plato y le explicó que así también se podían comer, pero para Juan no había consuelo.
¡Sus cuatro galletas estaban rotas! ¿Qué podría hacer entonces?
Marina estaba jugando con su muñeca y no se había enterado del problema de Juan. Pasó por su mesa y, cuando vio las galletas en un plato, se abalanzó sobre su amigo y le dio un gran beso y un abrazo. Juan se sorprendió y la maestra también. Antes de que los dos salieran del asombro, Marina dijo:
-¡Qué bueno, Juan, trajiste galletas para todos! ¡Yo también tenía ruiditos en la barriga!
Marina sin preguntar, tomó el plato y comenzó a servirles a sus compañeros. Y en un minuto o quedaban ni miguitas. Juan no podía creerlo. ¡Sus galletas habían alcanzado para todos y todos vinieron a darle las gracias y un beso!
Y así fue como, por accidente, cuatro galletas se transformaron en merienda para todos. Desde ese día, todos los chicos se dieron cuenta de que poniendo sus galletas rotas y partidas en un plato, podían ser compartidas.
Y por eso les gusta tanto ir a la escuela, por eso cantan todos como pajaritos, saltan como canguros y corren como indios, pero a la hora de prestar atención, escuchan a la maestra con orejas de elefante.
Así pasan los días con una sonrisa en la cara. Felices de ser felices. Compartiendo la alegría, la música, los juegos y también…las galletas.


PARA LOS ADULTOS:La producción de Pablo Javier Muttini, se orienta hacia el desarrollo de contenidos de literatura infantil formativa en virtudes y valores, poniendo especial énfasis en la imagen como recurso didáctico. Formador, sus obras las dirige a los niños en su etapa preescritural apoyándose en ilustraciones tanto narrativas como conceptuales y realizadas íntegramente por él.